El ejemplo más claro de esto es la demolición de La Quinta Ecuador, el edificio más antiguo de la zona y que fue demolido el año pasado para construir en su lugar el estacionamiento del restaurante "Estudio Gigante". Decisiones como ésta han logrado que Brasil haya perdido parte de su encanto centenario, el brillo del ambiente se ha opacado junto con el aire de Santiago y ha entrado a la modernidad de la manera más salvaje y devastadora posible.